viernes

50.

Nunca conocemos nada de nadie.
Del mundo sí, de eso lo sabemos todo. Pero no sabemos nada acerca de las personas.
Todas nos fallan, todas por distintos motivos. Nunca los sabemos con certeza. Se van, se esfuman como la risa. Por eso nunca las conocemos del todo. Aunque si no nos conocemos ni a nosotros mismos ¿qué pretendemos? Seguramente son tan cobardes de admitir que no quieren seguir en nuestras vidas que se van sin dar explicaciones. Así, sin más, sin ningún poema de versos tristes o una canción de Los Beatles.
A eso se le llama no tener dos dedos de frente.
Nacemos solos, pasamos la vida solos, al fin y al cabo todos se marchan.
El día que mueres solo te acompañan flores.

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