lunes

77.

Hace un tiempo que te echo de menos.

Siempre digo lo mismo,
mis palabras son iguales cada noche
cada vez que un pensamiento se estrella contra la almohada
y la empapa entera.

Y odio todo lo que rodea tu disfraz
cuando vuelvo a casa a oscuras
y ruego a las farolas
que me lleven de vuelta a mi hogar
y esas luces de mierda me llevan a casa
y nunca me señalan tu risa.

Y me ahogo en primaveras que me recuerdan a tus ojos,
con la misma simetría
el mismo color a viernes
y los mismos gritos desesperados
y llenos de vida.

Estoy cansado de este egoísmo,
de este insomnio que me obliga a recordarte también de noche,
de no saber hacer otra cosa que escribir(te) amargo.
De que el color de tu camisa ya no sea el de mis palabras,
de que en el vaho de tu aliento ya no escribas nuestros nombres,
de que los charcos ya no reflejen la tristeza de las nubes,
porque están muy ocupados no siendo nada
ni de nadie.

Y escribo a alguien que para mí aún no existe
Algunos lo llaman locura
y otros soledad
y otros ni lo llaman
porque están tan cuerdos
como para no hacer nada de lo que se arrepientan después,
como si fuera la primera vez que abren un libro
o la mente
o las piernas.

O quizá todos tengan razón
y yo esté muy loco
o ellos muy solos.

2 comentarios:

  1. Encantador! Me gusta muchísimo. Espero con ansia el siguiente.

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    1. ¡Muchas gracias! Pronto podrás saborear el siguiente.

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