miércoles

83.

Yo no sé cómo deshacerme,
si me cuenta que le mira las tetas a la camarera
pero prefiere el color de mi pelo a cualquier cuerpo de carretera
si hace el idiota colgado de mi mano 
solo para verme sonreír
si consigue que confiese mis pecados capitales
sin colorear ni un milímetro de mis mejillas
si sabe que más allá de sus manos
la realidad no es más que una película de Tarantino. 

Yo no sé cómo engañar y decir que sí, 
si le vi hablarme de historias de amor y de aventuras
sin hablar
en plena madrugada
si le vi reír y le vi llorar y le vi despertar a mi lado
si le vi sonreír como si fuéramos casa
si le vi convertirse en musa de la noche a la mañana
como si hoy fuera Navidad
y nadie se acordase de diciembre el veintiséis del día siguiente

Yo no sé como disimular
si no hay mejor imagen que cuando le vi sonreír bajo la lluvia,
ni mejor refugio que un parque empapado
ni mejor regalo que su risa cuando hay tormenta. 

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