martes

38.


Después de todo, las palabras que no dices son las que más duelen, o eso dicen; y si eso es verdad, yo ya sé de dónde viene este sonido marchito que lleva un tiempo resonando en el interior de mi pecho. Quizá lo mejor hubiera sido eso, soltarlo todo, pero el miedo pudo conmigo. Al final todo se quedó en un ‘¿Qué hubiera pasado?’ y una lágrima recorriendo mi mejilla.
Siempre serás eso, poesía difusa, pisadas en la nieve, el olor a lluvia o a café recién hecho. Una melodía de esas que hablan de amor, de un beso bien dado. O el color de las primeras flores de la primavera. Siempre serás tú, igual que siempre seré yo. Siempre seremos eso, tú y yo.

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