lunes

18.

Y la besó, como nunca antes lo había hecho. 
-¿Qué quieres hacer ahora?
~¿Ahora? Escaparme.
-¿Tú solo?
~No.
-Mmm... ¿y a donde querrías ir?
~Me daría igual. A algún lugar muy lejano.
-¿Qué harías?
~Depende de quién me acompañe.-la miró a los ojos, clavando en ellos su brillante sonrisa.
Notaba que sus mejillas se ruborizaban.
-¿Y con quién quieres ir?
~¿Realmente quieres oír la respuesta?
Sonrió de nuevo.
~Contigo.
-¿Lo dices en serio?
~Pues claro, yo no miento, ¿por quién me tomas?
-En ese caso... ¿qué harías si estuvieras conmigo?
~Exactamente lo mismo que haría ahora mismo.
-¿El qué?
~Pues...- empezó a decir.
La miró a los ojos, sonriente. La agarró con fuerza la mano, y la levantó de la arena. La cogió de la cintura mientras paseaban por la orilla, mientras sus pies rozaban el agua salada del mar, ondeante en el horizonte.  Clavó la mirada en sus ojos. era una mirada sincera, de puro amor, aunque ninguno lo sabía.
~Si estuviera sólo, contigo, en una playa como esta, en un atardecer como este, en un día como este, te cogería de la cintura y bailaría contigo hasta el amanecer. Te susurraría al oído algo parecido a 'siempre estaremos unidos'. Y sin nada más que decir, porque nada es importante.
Rozó suavemente sus labios con la yema de los dedos, apartando la mirada. Ya se comenzaban a observar los últimos rayos de sol de aquel maravilloso día.
~Y te pediría que no me sueltes nunca.
La agarró las manos con fuerza, y como nunca antes lo había hecho, la besó. Sus labios se fundieron en un perfecto beso, en el que no solo se intercambiaba saliva; también sentimientos que los dos sabían, pero que ninguno se había atrevido a descubrir al otro.

2 comentarios:

  1. Si mi vida pudiese escribirse, o reescribirse, serias tú quien quisiese que lo hiciera.

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    1. ¡Menudo halago! ¡Muchísimas gracias, encantada de hacer los honores!

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