miércoles

21.

Cuando una persona nos deja, sentimos como si el mundo quisiera comernos. Pero cuando, en cuestión de días, otra persona muy distinta a la primera persona se mete en tu vida, lo ves todo mucho mas claro. Sientes como que tienes ganas de todo, y de nada a la vez. Por un lado, tienes ganas de todas las cosas buenas: de saltar, reír, de gritar, bailar, cantar, pero sobre todo tienes ganas de besar. Ganas de besarle a él. Cuando lo haces, no tienes mariposas en el estómago, tienes un puto zoológico entero ahí dentro. Y cuando dejas de hacerlo, tienes más y más ganas, no puedes esperar a sus labios otra vez... Lo necesitas ya. Es como una droga  mejor que la droga. Pero si lo fuera, me confieso: soy adicta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario