domingo

12.

Tu forma de mirarme, tu risa, tus gestos, tu pelo. Porque se me acabaron las excusas, y ya no puedo decir 'si tu supieras...', porque lo sabes, me conoces. Tengo tantas cosas que decirte, que no sé por donde empezar. Y puede que si me pusiera a escribírtelas una a una, me quede en blanco, lo más seguro. Quizá sea el momento de darte las gracias por todo este tiempo que pasamos juntos, o de dártelas también por el tiempo que nos queda. Es posible que sea el momento adecuado para decirte, asegurarte, que en esta vida ya no quiero otros besos, ni otros abrazos, ni otra voz a la que hablar. No quiero otros sueños, me gusta lo que sueño. Empecé a vivir cuando te conocí. 

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